Michael Keaton, Jenna Ortega, Monica Belucci y Justin Theroux acompañaron a su director, Tim Burton, para hablar con los medios mexicanos, y uno que otro compañero de América Latina, sobre Beetlejuice, Beetlejuice, la cinta tan esperada por fans en el mundo entero desde hace ya más de tres décadas.

El también director del Extraño mundo de Jack y Big Fish inició la plática con un gran salto a las emociones que este regreso ha provocado: “Respecto a la nostalgia, es un personaje y un mundo que he gozado; tardé 35 años en regresar a ello otra vez. Después de todo este tiempo viendo a la gente crecer, al personaje de Lydia pasar de una adolescente a adulta, una travesía por la que todos pasamos, así que hacer una extraña película familiar se sintió muy bien. No fue nostalgia, fue más bien una película de una familia extraña”.

Con el pasar de los años, Michael Keaton se ha establecido como uno de los actores más queridos y respetados de todos los tiempos, así que regresar tanto tiempo después a interpretar el demonio, exorcista de los vivos, no fue cualquier cosa.

“Fue más difícil de lo que anticipé, más difícil para mí, estaba un poco más nervioso de lo que pensaba. Al final del día, es posiblemente mi cosa favorita de las que he hecho, siempre es difícil responder cuál es mi película favorita, pero sé que si me dijeran: ‘Solo ve y filma algo', definitivamente esto sería lo que hubiera hecho. Estaba nervioso de hacerlo de nuevo, porque me importa tanto —dijo Keaton—. La nostalgia es una cosa extraña, nunca entendí bien qué era, pero cuando te pega, me pegó muy fuerte. No lo vi venir”.

Pero la emoción llegó y llegará para el público, y probablemente por el mismo motivo que explica el director: “A mí me pasó cuando vi a este elenco reunido, fue como una extraña reunión familiar. Un muy extraño y bello evento”.

En Beetlejuice, Beetlejuice, el personaje de Lydia (Wynona Ryder) se ha vuelto madre, una popular aunque un tanto inestable; es conductora de televisión sobre fenómenos paranormales. A pesar de mantener su capacidad de ver y conversar con los muertos, la comunicación con su hija Astrid (Ortega) resulta bastante más complicada.

“Creo que es muy difícil ser pariente de Wynona Ryder, porque es tan cool —confesó Jenna—. Nada de presión ahí. Para mí no hubo presión en absoluto por lo maravillosamente bien que está escrito mi personaje, Astrid. Entender qué es lo que la motiva: viene de vivir con vergüenza por la fama y el éxito de su madre, extraña a su padre, tienen una relación extraña. La mandan a un internado, así que para mí se trata de ver eso y poder acercarme lo mejor posible a Wynona”.