La psicología del miedo musical
Cómo ciertos acordes y ritmos activan el cerebro del susto
Do, Re, Mi-L datos portada
Desde los gritos de una película de terror hasta las notas que acompañan un ritual ancestral, la música tiene un poder sorprendente sobre nuestras emociones. La ciencia ha demostrado que ciertos sonidos y estructuras musicales pueden activar la amígdala, la parte del cerebro responsable de procesar el miedo, generando respuestas fisiológicas como escalofríos, aumento del ritmo cardíaco y tensión muscular.
Algunos elementos clave que producen este efecto son:
- Disonancias: intervalos que “chirrían” y producen incomodidad auditiva.
- Silencios estratégicos: pausas inesperadas que crean anticipación y ansiedad.
- Crecendos abruptos: aumento repentino de volumen o intensidad que sorprende al oyente.
- Frecuencias graves o infrasónicas: sonidos bajos que podemos sentir más que escuchar, asociados a lo ominoso.
Por eso, compositores y directores de cine juegan con estas técnicas para provocar miedo, desde las bandas sonoras de Hitchcock hasta los thrillers modernos. Pero no solo funciona en películas: música experimental, coros góticos y ciertos estilos de metal usan estos mismos principios para generar tensión emocional, incluso en conciertos en vivo.
👉Dato curioso:
La famosa “nota del diablo” (tritono) fue evitada durante siglos en la música clásica por ser considerada peligrosa y capaz de inducir inquietud… ¡y sigue usándose hoy para asustar al público en cine y teatro!
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