La música no solo se escucha, también se siente físicamente. Cuando una canción tiene un ritmo constante, nuestro cuerpo tiende a sincronizarse de forma inconsciente con él: movemos el pie, asentimos con la cabeza o incluso regulamos ligeramente nuestra respiración según el tempo.

Este fenómeno se llama entrainment (arrastre rítmico) y explica por qué ciertos géneros nos activan, mientras que otros nos relajan profundamente.

👉 Dato curioso:

Cuando una canción tiene entre 60 y 80 beats por minuto (un tempo parecido al del corazón en reposo), puede inducir un estado de calma, disminuir la ansiedad y hacer que el cuerpo se sienta más relajado, incluso sin que la persona sea consciente de ello.